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¡Vergüenza!

Avergonzados. Así debemos sentirnos todos después de estos primeros juegos ante Medias Rojas y Yankees en sus estadios de Boston y Nueva York. Sabíamos que la gira de 10 días iba a ser difícil, pero ni en mi peor pesadilla hubiera imaginado 1 victoria y 5 derrotas en los primeros 6 encuentros. Cuando hemos ganado lo hemos hecho como equipo. Ahora estas derrotas debemos afrontarlas todos con la misma vergüenza, porque cada uno de nosotros tiene su cuota de responsabilidad. Yo siento vergüenza y me cuestiono a mí mismo al pensar que no estoy haciendo lo correcto para ganarme el sueldo que me pagan por hacer de este equipo un conjunto competitivo y batallador. Me cuestiono y avergüenzo por no hacer la alineación que produzca las carreras para ganar, por no traer al montículo el lanzador adecuado para hacer los outs. Y si alguien en el equipo no siente la misma vergüenza que yo, entonces creo que escogió el trabajo equivocado.

Al momento de escribir esta columna, sábado en la noche en Nueva York, lo hago todavía con el sabor amargo de la derrota por 10 carreras a cero ante los Yankees. Un juego en el que un equipo tenga más errores cometidos que hits conectados tiene que ser una vergüenza. Pienso que hasta los niños que están disputando la Serie Mundial de Pequeñas Ligas en Pennsylvania jugaron ese día mejor que nosotros. Lo peor de todo es que sé que nuestro equipo es muy superior a lo que ha mostrado en el terreno en estos primeros 6 juegos de visitantes. El lunes pasado, cuando iniciamos la gira en Boston, el periodista venezolano residenciado en Nueva York, Armando Talavera, quiso saber mi opinión sobre los Medias Blancas, y le respondí: «Tengo equipo para ser Campeón Mundial». Supongo que Armando debe estar pensando en recomendarme un siquiatra que cure mis delirios de grandeza. Pero es verdad. Tenemos talento y material para ser Campeones en el papel, pero nos falta ejecutar.

Nunca me he considerado un perdedor, y mucho menos soy una persona pesimista, pero si me preguntan en este momento, creo que estamos en una situación difícil, porque nosotros mismos nos metimos en ella. Sabemos dónde está la cima de la montaña, y tenemos el deseo de llegar a ella, pero pareciera que no hay piernas para llegar. Al menos eso es lo que parece después de perder las dos primeras series ante Yankees y Boston. El lunes comenzamos la última serie de la gira en el Metrodome, donde los Mellizos parecen imbatibles. Imagino que será una buena oportunidad para demostrar que aún estamos vivos, que todavía tenemos deseos y que seguimos en la lucha por el título de la división que con tanto sacrificio ganamos el año pasado.

Antes de comenzar a responder sus preguntas y comentarios, aprovecho para decirles que leer sus mensajes positivos y de aliento es, la mayoría de las veces, una manera de retomar el optimismo en momentos difíciles como este. Gracias por su lealtad y por su apoyo.

Ahora sí, vamos con algunas respuestas.

Ben Morgan, de Lincoln (Nebraska), escribe en inglés para hacerme una pregunta que yo me hecho cientos de veces sin encontrar todavía una respuesta: ¿Por qué nuestra ofensiva falla tan estrepitosamente cuando enfrenta a jóvenes lanzadores que vemos por primera vez? Honestamente Ben, no sé. Uno sabe que el lanzador siempre tiene ventaja sobre el bateador, que como tu bien dices, se va adaptando y va haciendo ajustes a medida que lo enfrenta en repetidas oportunidades. El pitcher, ciertamente, tiene el control de la situación, no sólo porque es quien tiene la bola en la mano, sino también porque es quien sabe qué lanzamiento va a hacer, si es curva, recta, cambio, slider. A qué velocidad lo va a lanzar, a qué altura del plato, alta, baja, adentro o afuera. O sea, el bateador está ahí parado en home con su bate en la mano, preparado para hacerle contacto a una esférica que puede venir a 70 o a 100 millas por hora, sin saber si va a romper hacia un lado, va a caer, etc. ¡Y para decidir sólo tiene fracciones de segundo! Cuando no conoce al pitcher, ese bateador está aún más indefenso, porque no conoce su repertorio. Pero eso ha sido así desde que fue inventado el béisbol, y en la segunda o tercera visita al plato ya un buen bateador debería conocer mejor la situación, y hacer los ajustes para tener éxito. A nosotros eso realmente nos ha costado mucho este año, pero insisto que desconozco las razones.

Guillermo Rada de Cumaná, Venezuela, dice que le intriga lo que ocurrió el año pasado con Javier Vázquez, quien esta temporada está teniendo éxito con los Bravos de Atlanta. Guillermo quiere saber si yo lo puse en la palestra por lo que él llama «poca fortaleza emocional». Puedo decirte Guillermo que a Javier lo conocí cuando fui coach de los Expos, y siempre me gustó su actitud en el montículo, además de su calidad humana. El año pasado tuvo varias oportunidades de ayudar al equipo en juegos que eran cruciales, y lamentablemente no pudo hacer el trabajo. Eso ocurre en el béisbol. Quizás fue un mal año, algo que todo el mundo experimenta en su carrera. Yo personalmente le deseo el mejor éxito, porque como él mismo dijo, con lo que ha hecho hasta ahora podrá vivir tranquilo el día que se retire, y podrá compartir felizmente con su familia.

El doctor Julio Antonio Machillanda, de Porlamar, Venezuela encabeza la lista de fanáticos que escriben para hacer comentarios sobre el cubano José Contreras. En esa lista, haciendo comentarios de todo tipo, figuran nombres como Frank Abel Villalonga de La Habana, Alfredo Valle de Tenerife, Orlando García de Naples, Roberto Trujillo de Santa Cruz de Tenerife, Jorge Amaro y varias personas más. Extrañamente no escribió esta vez Francisco Aguiar, de Tampa, quien varias veces envió mensajes acusándome de maltratar a Contreras, de utilizarlo mal, de no saber cuándo sacarlo por un relevista y un largo etcétera de objeciones. La semana pasada un periodista me preguntó en Boston si José volvería a iniciar un juego por Chicago y le respondí que yo tengo tres hijos, y me encantaría estar vivo cuando nazcan mis nietos. De verdad, no quisiera morir de un infarto antes de tiempo. Sin embargo, Contreras inició el sábado contra los Yankees porque sencillamente no teníamos otra opción mejor. Si me preguntan las razones de esta debacle del «***án de Bronce» debo responder que no sé, porque si algo puede decirse de Contreras es que es un gran trabajador y un guerrero. Algunos de ustedes, en sus cartas, dicen que lo conocen desde sus días en Cuba, y que puede ser falta de concentración, que no está lanzando por debajo del brazo, que no está utilizando la bola de tenedor, y otro largo etcétera de razones. Yo, más que nadie, sigo esperando que José vuelva a ser el pitcher que en el 2005 nos ayudó a conquistar el título de Campeones, sobre todo ahora que lo necesitamos con urgencia. Vamos a ver qué pasa.

Jonathan Gallegos, de Bogotá, también opina acerca de Contreras y se pregunta por qué esperé tanto para sacarlo cuando le hicieron 6 carreras en un inning ante los Medias Rojas de Boston. Jonathan, además de opinar que a veces yo hablo demasiado, algo que no es un descubrimiento para nadie, me ofrece algunas sugerencias sobre cómo manejar el equipo. Bueno Jonathan, voy a repetirte lo que he dicho varias veces en mi carrera: mientras más lejos estás del terreno, más inteligente te sientes. Quienes ven los juegos desde las tribunas ven todo clarito y saben todo mejor que el manager y los 5 ó 6 técnicos que están en el dugout. Una vez dije que le iba a regalar un celular a todos los fanáticos para que me llamaran y me dijeran qué hacer antes de las jugadas, y no después, como ocurre casi siempre. Hay tantas cosas que los fanáticos no saben, y que influyen en las tomas de decisiones, que explicarlas todas sería razón para escribir un libro. Pero de todas formas, gracias por tomar unos minutos de tu tiempo para compartir conmigo tu opinión.

Liz Pinto, de Valencia, Venezuela comenta sobre el gran año que está teniendo Cl
eveland Santeliz con los Barones de Birmingham, nuestra sucursal AA, y pregunta mi opinión sobre el compatriota. Liz no es la única que está pendiente de Santeliz, a quien ya en una columna anterior describí como un gran muchacho, con una buena actitud para pichar. Parte de su éxito ha sido mantenerse sano, ya que desde que fue firmado se consideró que tenía mucho talento, pero las lesiones no le habían permitido demostrarlo.

El es uno de los criollos que viene abriéndose paso en nuestras sucursales, y que yo espero que pronto lleguen varios a Grandes Ligas, para poder responderle a todos los que semanalmente hacen la misma pregunta: ¿por qué no hay más venezolanos en White Sox siendo el manager Ozzie Guillén? Espero que por ahí vengan algunos.

Muchos fueron también los que en estos quince días escribieron para opinar sobre la incorporación de Freddy García a nuestro roster. Algunas preguntas y comentarios llegaron antes de que Freddy hiciera su debut con nuestro uniforme, otras llegaron después de su segunda salida. Elio Barroso de Charallaves, Jesús Ramos de Santa Teresa del Tuy, Roysbelk García de Cúa, Eliel Padrino y Reinaldo Pérez de Caracas, Yubín Rios de Maracaibo, Thomas Enrique Pérez Ramos, Víctor Lapenta, Miguel Saldivia y muchos otros aparecen en esa lista. En una entrevista que apareció el sábado pasado en el Sun-Times de Chicago, Freddy admite que por primera vez en los últimos dos años se siente realmente saludable y sin molestias en su brazo de lanzar. Creo que su salida ante Boston fue una muestra de eso. Ese día, Freddy demostró que no está en Chicago porque está casado con una sobrina de mi esposa, ni porque Kenny Williams tiene una agencia de beneficencia y quiere agradecerle a todos los que nos ayudaron a quedar campeones en 2005. Freddy está aquí porque se le hizo un examen médico que demostró que su hombro estaba sano, y porque en las salidas que hizo en las menores lució bien. ¿Va a ganar todas sus salidas de aquí en adelante? No creo, pero seguro va a ayudar, y espero que lo suficiente para ser considerado para el próximo año, cuando ya en teoría tenemos 4 abridores seguros (Buehrle, Danks, Floyd y Peavy) y queda un cupo por definir. Pero ese es otro tema, por ahora estamos concentrados en el 2009 y nuestra carrera por llegar a la post-temporada, para lo cual necesitamos la ayuda de Freddy.

Dario Sánchez, de Valencia, Venezuela pregunta si me considero parte de lo que él llama «la nueva generación de managers de Grandes Ligas». Bueno, supongo que sí porque además de ser un manager joven con respecto a muchos de los que están actualmente dirigiendo en las Mayores, también me ha tocado pertenecer a una generación que obligatoriamente debe ver el juego de una manera distinta a cómo se hizo en un pasado reciente. Imagino que ya adivinaste que me refiero a la «era de los esteroides» y otras sustancias prohibidas. A esta nueva generación a la que pertenezco le va a tocar volver al juego inteligente, al que no depende de los jonrones, al que se basa en buena defensiva, velocidad en las bases, jugadas oportunas y por supuesto buen pitcheo. Supongo que eso es lo que se va a ver en los próximos años, y el que haga los ajustes primero va a llevar ventaja sobre sus rivales.

Marvin José Gómez Hernández, de Cabimas, Venezuela quiere saber si mi advertencia sobre devolver con la misma moneda si seguían dándoles bolazos a mis jugadores fue una manera de motivar al equipo para ser más agresivos en todos los aspectos del juego. No, en realidad fue justamente una advertencia a los equipos rivales. Un manager debe proteger a sus peloteros en todos los aspectos del juego, y no es posible que mientras los Medias Blancas de Chicago son el equipo cuyos pitchers han golpeado a menos rivales en todas las Grandes Ligas, nuestros jugadores aparecían de terceros como los más golpeados. Alguien dijo una vez: ojo por ojo, diente por diente. ¡Y conste, no fui yo quien lo dijo!

Emison Soto, de Maracaibo, en Venezuela, pregunta quién es la persona encargada de evaluar a los jóvenes talentos en nuestro país. Emison, nuestro scout es Amador Arias.

El profesor Miguel Antonio Narvaez, de San Carlos, Cojedes (Venezuela) me escribe para solicitar ayuda para una escuela de béisbol en esa entidad. Mientras que Jean Carlos Viloria, de Chichiriviche, solicita lo mismo pero para un equipo de jóvenes en esa población del Estado Falcón (Venezuela). Si por mí fuera estaría sembrado equipos de béisbol por todo el mundo, en parte para agradecer todo lo que ese deporte ha significado en mi vida. Sin embargo, la Fundación que dirige mi esposa en Venezuela ha decidido destinar los pocos recursos que recolectamos al área de la salud infantil, que es tanto o más importante que el deporte. Esa Fundación, por cierto, no tiene ningún aporte fijo de ninguna institución, pero tampoco tiene gastos porque todos los que ayudan a Ibis en su labor lo hacen de forma gratuita. Nadie cobra ni un solo centavo. Los recursos ocasionales provienen de los actos que nosotros mismos organizamos (firmas de autógrafos, subastas de artículos de Grandes Ligas, etc.) que lamentablemente no hemos podido realizar en los últimos años por mis múltiples compromisos. Sin embargo, todos los años buscamos ayuda para poder cumplir con la Asociación de Padres de Niños con Cáncer, para quienes donamos más de 350 regalos de navidad y, lo más importante, compartimos con ellos en su fiesta navideña. Gracias a Dios existen empresas como Polar y Tiburones de La Guaira que nos ayudan a seguir cumpliendo con esta Asociación que hace un trabajo extraordinario. Les prometo que cuando tengamos más recursos consideraremos sus solicitudes.

Rafael García de Margarita, Venezuela me envía una lista de jugadores venezolanos que pertenecen a otros equipos, y me pregunta cuáles quisiera tener yo en Chicago. Aunque yo no soy quien contrata a los jugadores, ciertamente en la lista de Rafael hay nombres que cualquier manager quisiera tener. Sin embargo, todos ellos tienen compromisos con sus respectivas organizaciones, que difícilmente los dejarían ir gracias a su calidad. Los venezolanos cada día son más cotizados en este mercado, algo que debe llenar de orgullo a todos los amantes del béisbol en el país.

Dos preguntas del Salvaje Oeste. Angel Rivera, de Tucson (Arizona) pregunta mi opinión sobre el boricua Alex Ríos. Bueno Angel, creo que Alex nos va a ayudar mucho, aunque todavía no ha explotado todo su potencial. Creo que aún está en su etapa de adaptación. Y Carlos Castillo, de Plano (Texas) pregunta por qué no pasamos intencionalmente a Mike Lowell en el juego ante Boston que perdió José Contreras, quien, según Angel, estaba nervioso. ¡Imagínate! Tú desde Texas sabías que el súper veterano Contreras, hombre de mil batallas en Cuba, estaba nervioso y Lowell le iba a dar jonrón. Lo dicho: mientras más lejos del terreno, la gente es más inteligente.

Ramiro Pérez, de Orlando (Florida) pregunta cómo es mi relación con la prensa de Chicago. La mejor manera de saberlo, Ramiro, es revisando tu mismo los distintos diarios de la ciudad por Internet. Te aseguro que vas a llegar a la misma conclusión que yo: la prensa me trata muy bien.

Ender Elias Chaparro Camargo es un niño de Maracaibo, en el Estado Zulia (Vzla) que en estos momentos está en Estados Unidos representando al equipo de la Liga Coquivacoa en el Mundial de las Pequeñas Ligas, en Williamsport, Pennsylvania. Al momento de escribir estas líneas no sé cómo le va a nuestra representación en el evento, pero igual le deseo a Ender y todos sus compañeros la mejor de las suertes, y que aprovechen al máximo esa experiencia que será inolvidable en sus vidas. Quien quita que más adelante a muchos de ellos me los encuentre jugando en Grandes Ligas.

También de Maracaibo Leonardo Ferrer quiere saber si alguno de mis hijos está jugando béisbol profesional actualmente, y por qué se ha tardado tanto el debut de Jack Peavy. Leonardo, mi segundo hijo llamado Oney jugó un par de
años en las menores, pero ahora trabaja en la oficina con Chicago. El menor, Ozney, de 17 años, está en su último año de high school y sueña con jugar profesional. Veremos.

Y hasta aquí las respuestas de hoy. Quedaron algunas preguntas que intentaré responder en la próxima columna, pero no puedo despedirme sin agradecer a todos sus mensajes, comentarios, opiniones y críticas. Todos son bienvenidos. Saludos especiales para Raul Avilán, Johars Jiménez, Gladys Pérez, Yole Mata y Román Orive de Caracas, Cesar Reyes y familia de Vargas, Wilmer Aponte de Turmero, Michael Gámez de Chicago, Orlando Rafael Figueroa Reyes de Carora, Rafael García de Margarita, Juan Carlos Marín de Miami, Rafael Páez de Los Teques, Francisco García de La Asunción y a muchísimos otros que me honraron con su atención.

¡Será hasta dentro de 15 días, cuando espero estar escribiendo con un pie metido en la post-temporada!

Busca consistencia en Chicago

¡Gracias a Dios que se terminó el mes de mayo! A pesar de que cerramos el mes jugando el béisbol que todos deseamos, lo cierto es que las primeras semanas de mayo fueron terribles. Demasiada inconsistencia, demasiados altos y bajos. Un día lucíamos como el mejor equipo del mundo, y en el siguiente juego parecíamos un equipo del montón.

Pero ya todo eso quedó atrás. En este momento cada jugador está haciendo su trabajo, y el resultado es que hemos ganado cuatro series seguidas, incluyendo dos muy importantes contra equipos de nuestra misma división, como son los Mellizos de Minnesota y los Reales de Kansas City.

Quedan aún más de 100 juegos por realizar y todo indica que la lucha va a ser dura hasta el final. Nadie va a rendirse fácilmente. Por eso, la palabra clave para mantenernos en la carrera y conquistar el título será consistencia. A los fanáticos les pido que mantengan su apoyo, porque tenemos buen equipo y aquí cada uno está haciendo su mejor esfuerzo en el terreno para lograr los triunfos.

Ahora vamos con las respuestas de algunas de sus preguntas:

Orelvis Montero, Fernando del Pino, Juan Guillén, Guillermo Vázquez y Alexis Romero aparecen entre quienes opinan y preguntan sobre el cubano Alexei Ramírez, sugiriendo algunos que tal vez el cambio de posición, de segunda base que jugó el año pasado al campo corto este año, podría ser la razón de su mal comienzo con el bate en 2009.

Particularmente creo que Alexei es un gran bateador, tal como lo demostró la temporada pasada. Pero esto es Grandes Ligas, donde los scouts de avanzada hacen reportes, los lanzadores revisan videos y encuentran el lado débil de cada bateador. Por eso los bateadores tienen que también hacer ajustes, que era lo que no estaba haciendo Alexei. Para colmo, creo que se estaba llevando su preocupación ofensiva al terreno, y su defensiva estaba siendo afectada. El mismo reconoció hace poco que el par de juegos que el estar en el banco le hizo bien para reencontrarse con su ritmo. Su average está subiendo, y su ayuda ha sido vital en este repunte que hemos tenido.

Nestor Rodrigo, Fernando Ortega Blanco, Jorge Ramos, Karel Tardo, Luis Rodríguez, Humberto Fernández, Servis Melendez y Yordanys Flores figuran entre quienes preguntan por otro cubano, el joven Dayan Viciedo. Viciedo está jugando en AA con los Barones de Birmingham y está teniendo una buena temporada. Al momento de escribir estas líneas su promedio al bate ronda los 260 puntos. En spring training pude comprobar que el muchacho puede batear, pero como es natural, necesita jugar todos los días para desarrollar todo su talento y potencial. Dije en Arizona y lo repito ahora, que incluso peloteros de la calidad de Derek Jeter y Alex Rodríguez cumplieron su etapa en las menores para ajustarse y mejorar. Eso es lo que está haciendo Dayan: jugando todos los días para prepararse, de manera de cuando suba a las Mayores pueda realmente contribuir a las victorias del equipo. ¿Estará listo este año? No sé, pero la organización está contando con él.

Freddy Cordero, Jerónimo Sánchez, Rafael Morón, Arodys Pérez, Cliver Moreno y Jorge Humberto Mejía preguntan por qué no hay venezolanos jugando en las Mayores con los Medias Blancas, sobre todo tomando en cuenta que yo nací en ese país.

En primer lugar pienso que esa situación va a cambiar muy pronto, porque en los últimos tres años se ha hecho un esfuerzo por firmar talento joven venezolano. Por ahí vienen surgiendo nombres como Gregori Infante, Eduardo Escobar, José Alberto «Cafecito» Martínez quien lamentablemente ha sido víctima de las lesiones, además de otros más jovencitos como Miguel González, Jerry Puente y otros que no recuerdo. Una de las primeras cosas que logré al consolidarme como manager en esta organización fue convencer a la gerencia para que invirtiera más (tiempo y presupuesto) en Latinoamérica. La tendencia inicial era buscar el talento principalmente en República Dominicana, donde hay muchos jóvenes con condiciones, pero ahora, con Amador Arias como scout en Venezuela, se está haciendo un buen trabajo y el fruto se verá en un futuro cercano. Por cierto que Carlos Graterol me recomienda a Endy Chávez como la solución al problema de no tener un primer bate natural en la alineación. Endy es un gran amigo y un excelente bateador, pero no creo que los Marineros lo dejen ir fácilmente.

Ramón Antonio Obando pregunta si es cierto que me expulsaron por protestar las decisiones del Chief Umpire en las bolas y strikes a favor del equipo contrario. Sí, fue algo así. La expulsión ocurrió después de que el árbitro Mike DiMuro cantó strike un lanzamiento muy bajo al campocorto de los Indios de Cleveland, Jhonny Peralta. Un ining antes había expulsado del juego a nuestro jardinero Jermaine Dye, por protestar un tercer strike dudoso. Mi intención ese día era exponer que con su inconsistencia, el árbitro estaba perjudicando a los dos equipos y al juego mismo. Cosas del béisbol.

Quiterio Henríquez, Raúl Fernández, José Sequera y Alfredo Uga preguntan por qué los Medias Blancas no juegan más «Béisbol Caribe», que es como los latinos llamamos al juego picante de robos de bases, toques de bola, bateo y corrido. Bueno, hacia allá vamos. Estoy convencido que ese «Béisbol Caribe» se va a imponer pronto, ahora que hay menos poder artificial entre los jugadores. El final de la era de los esteroides va a obligar a los equipos a ser más ingeniosos a la hora de producir carreras, y nosotros, poco a poco, estamos tratando de conformar un equipo que combine poder con velocidad, pitcheo consistente y buena defensa. Este año las lesiones no nos han permitido hacer muchas cosas, pero para allá vamos.

Israel Díaz Ramos escribe desde Venezuela solicitando mi opinión sobre la situación política actual de mi país, mientras que Rubén Cádiz Henríquez me dice: «quédate en el deporte, cero política». En la columna que escribo semanalmente en diario El Universal me ha tocado opinar más de una vez sobre la situación venezolana.

Gilberto Sandrea escribe: «Será que nos darás la dicha de ver a Oswaldo Guillén como manager de Venezuela en el próximo Clásico Mundial de Beisbol».

Gilberto, si eso ocurre es porque me han despedido como manager de los Medias Blancas, porque los estatutos de ese evento prohíben la participación de los dirigentes de las Mayores. Eso me permite comentar el email de Jesús Rodríguez, quien me pide que publique también las críticas negativas, y no sólo las cosas buenas. Afortunadamente, el único mensaje negativo hasta ahora ha sido el suyo. Jesús dice que soy un mal manager, que hablo demasiado, que el título de la Serie Mundial del 2005 fue pura suerte, y que muy pronto seré despedido. Si eso ocurre, tal como predice Jesús, tal vez pueda ser manager de Venezuela en el Clásico Mundial, pero entretanto mi contrato es hasta el 2012. Complacido.

Javier Rosario y Martín Ramos preguntan por qué no contratamos a Pedro Martínez para reforzar nuestro staff de abridores. A ambos les recuerdo que la contratación de jugadores es tarea de nuestro Gerente General Kenny Williams, quien por cierto hizo lo imposible por traer a Jake Peavy, quien hubiera sido de gran ayuda. Esa angustia por nuestro pitcheo la comparte también José Hernández, quien sugiere «ubicar en el mercado a uno o dos pitchers que den seguridad». Ya habrán comprobado que la cosa no es tan fácil, porque justamente eso es lo que están buscando todos los equipos, pero estoy seguro de que Kenny siempre va a estar pendiente de lograr lo mejor para los Medias Blancas.

William Rodríguez pregunta si los Medias Blancas no necesitan un bateador de las características de Barry Bonds. Honestamente, no. Al menos no es lo que estamos buscando en estos momentos.

Carlos Armando Cheluja pregunta qué se platica con el pitcher cuando el manager visita el montículo. Déjame decirte primero lo que no se dice. No se le dice que lance strikes, porque obviamente eso es lo que está tratando de hacer. Si la intención no es sacarlo del partido, lo primero que pregunto es cómo se siente, y después puedo hacerle una advertencia sobre el bateador que viene después en el turno, quién es más difícil de enfrentar, etc. Pero en general, cuando el manager sale al montículo es para sacar al lanzador del juego, y en ese caso no hay que dejarlo hablar mucho para que no te convenza de dejarlo. En realidad las conversaciones más curiosas y extrañas las tienen los coaches de pitcheo con sus lanzadores.

Hay muchas otras preguntas interesantes que me encantaría responder, pero es imposible porque son demasiadas. Igualmente debo agradecer todos los comentarios positivos, análisis y sugerencias recibidos, algunos de los cuales son de gran utilidad.

No puedo terminar sin enviarle un gran saludo al niño Enrique «Quique» Germán, de 13 años, quien escribe desde Hermosillo México, para expresar su confianza en los Medias Blancas. Gracias a ti y a toda tu familia por ese apoyo.

En dos semanas estaré nuevamente respondiendo las preguntas e inquietudes de quienes, como yo, sienten el orgullo
de ser fanáticos de los Medias Blancas de Chicago.