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Mientras haya esperanza estaremos batallando
A Dios y a mis santos nunca los he molestado para pedirle nada relacionado con el beisbol, porque como he dicho muchas veces, ninguno de ellos jugó pelota. A ellos les pido salud para mí y mi familia, sabiduría para tomar las mejores decisiones, bienestar para mis amigos, lo mejor para la humanidad. Con eso soy feliz.
Sin embargo, como toda regla tiene su excepción, antes de salir para esta última gira que nos tiene jugando en el oeste le pedí a Dios que alejara de los Medias Blancas todas las cosas negativas que nos ocurrieron en nuestra pasada visita a Boston, Nueva York y Minnesota. Más que una solicitud fue un ruego: Por favor Dios, no permitas que tengamos una gira tan desastrosa como aquella, que prácticamente nos sacó de competencia y nos puso contra la pared en nuestras aspiraciones de mantener el título de la división Central de la Liga Americana, que con tanto esfuerzo ganamos el año pasado.
Obviamente, en el hueco profundo en el que estamos metidos actualmente nos metimos nosotros mismos. La inconsistencia de la que hemos hablado durante toda la campaña se ha mantenido también en estos últimos meses. De repente le ganamos 3 de 4 a Boston, le ganamos series a los Yankees, Tampa o a los mismos Angelinos, y enseguida perdemos ante Baltimore, Cleveland, Oakland o Kansas City. Sin quitarle méritos a ninguno de los otros 29 equipos que participan en las Grandes Ligas, cualquier equipo que tenga aspiraciones de quedar campeón debe fajarse con los conjuntos que tienen record positivo, y apabullar a los conjuntos que están por debajo de 500 y están fuera de carrera. Nosotros, lamentablemente, no hemos podido hacer eso, y el resultado es el lugar que ocupamos actualmente en la tabla de posiciones.
Es verdad que todavía hoy, al momento de escribir esta columna, matemáticamente seguimos vivos, algo que algunos fanáticos fieles se encargaron de demostrar en sus correos, sacando cuentas de los triunfos que debemos lograr, combinados con derrotas de los Tigres, para pasar o empatar a los punteros antes de concluir el último encuentro regular. De verdad que el optimismo de algunos fanáticos es impresionante y contagioso, con todos sus análisis y mensajes de aliento. Nunca me cansaré de agradecerles tanto afecto y tanta energía positiva que envían en cada uno de sus emails. La realidad, sin embargo, es una sola: la misión es ganar, ganar y ganar. No hay otra. Salir todos los días al terreno con el objetivo del triunfo en la mente, sin importar los resultados de los otros equipos. Si llegamos a la serie contra Detroit a pocos juegos de diferencia, entonces podremos soñar con el milagro. Si no, empaquen sus cosas y vámonos que es tarde, como diría Joey Cora.
En cualquier caso reitero que me hago responsable de toda la culpa si no llegamos a donde todos queremos llegar. Aunque yo no lanzo, ni bateo, ni corro las bases, cuando acepté este trabajo me comprometí a lograr que el equipo jugara bien, y no lo hemos hecho. Entiendo que las expectativas de los fanáticos, de la gerencia, de los técnicos y jugadores son muchas, sobre todo porque estamos convencidos de tener talento y material para lograr muchos triunfos, pero como he dicho siempre, al final lo que importa es el trabajo que se hace en el terreno. Vamos a ver qué ocurre en los próximos días.
Por lo pronto, vamos responder algunas de sus preguntas y mensajes.
Julio Jacome, de Puerto La Cruz en Venezuela, escribe para opinar que los cambios más recientes hechos por White Sox, que involucraron a Jim Thome y a José Contreras no fueron buenos, porque lo que obtuvimos a cambio no ha ayudado este año. También dice que fue un error traer a un jardinero como Alex Ríos, cuando la necesidad, según Julio, era un segunda base más efectivo que Chris Getz. Termina su email diciendo que no le convence Gordon Beckham.
Cuestión de opiniones Julio. Yo creo que Alex Ríos va a ayudar mucho a esta organización, aunque tienes razón al señalar que en esta reta final no ha podido contribuir mucho. En cuanto a Thome y Contreras, creo que sus salidas no afectaron para nada nuestras oportunidades de competir por el título. Thome, un verdadero caballero del beisbol, aceptó ir a los Dodgers porque ya su carrera está llegando al final y sueña con un anillo de Serie Mundial antes de retirarse, y obviamente el equipo californiano pareciera tener más chance que nosotros de estar en el clásico de octubre. En cuanto a Contreras, creo que necesitaba un cambio de ambiente, y tal como me escribió su fanático número uno, el cubano Francisco Aguiar, en Colorado seguramente le va a ir mejor. En lo personal yo soy el primero que le deseo el mejor de los éxitos, porque como he dicho siempre, José es una gran persona, seria, trabajadora y con una calidad humana inigualable.
Juan Carlos Martín, de Miami, escribe a su vez para felicitarnos por esos movimientos que llevaron a Thome a Los Angeles y a Contreras a Colorado. Así es el beisbol. Para todo hay opiniones. Juan Carlos también señala que la pobre actuación de los Medias Blancas este año no es mi culpa y no debería sentirme avergonzado, pero debo corregirlo porque a mí me pagan para que el equipo juegue bien, y si no lo logro, entonces significa que no estoy haciendo bien mi trabajo. Es así de sencillo.
Frank Abel Villalonga escribe desde La Habana para preguntar si hay posibilidades de que el año próximo le demos una oportunidad a Orlando «El Duque» Hernández de regresar a los Medias Blancas. Frank señala que ya a Freddy García se le reconoció su aporte al título conquistado en 2005 ofreciéndole la oportunidad para lanzar con el equipo, así que «El Duque» debería tener la misma consideración. Le haré llegar el mensaje a nuestros scouts para que evalúen el trabajo que «El Duque» está haciendo actualmente en las menores, y serán ellos quienes recomienden o no su firma a nuestro Gerente General Kenny Williams. En cualquier caso, en este juego el pitcheo nunca sobra.
Víctor Saldivia de Valencia pregunta si tendría yo interés en dirigir a algún otro equipo que no fueran los Medias Blancas, y si veo actualmente en las Mayores a alguno que se amolde a mi filosofía de lo que en el 2005 llamaron «Small Ball», y que yo rebauticé como «Smart Ball», o sea, en vez de juego de las «pequeñas cosas», es más bien el juego de la «inteligencia». Honestamente yo quisiera dirigir a los Medias Blancas hasta que me trajeran al estadio en silla de ruedas, con 100 y pico de años de edad. No me veo dirigiendo ningún otro equipo. Pero siempre me ha gustado la manera como juegan los Mellizos de Minnesota, las famosas «pirañas» que nunca están en los pronósticos de los analistas y siempre están en la pelea, porque todos hacen su trabajo y juegan un beisbol agresivo, inteligente.
Más o menos en el mismo tema, Julio Acosta de Barcelona (Vzla) quiere saber si entre mis objetivos está dirigir a los Tiburones de La Guaira en el beisbol profesional venezolano. No está entre mis objetivos, Julio, pero sería un honor y un sueño hecho realidad poder tener ese privilegio. Tiburones fue el equipo que me dio la oportunidad de jugar beisbol profesional, y eso siempre lo agradeceré. Además, mi relación con su fundador Pedro Padrón Panza fue mucho más allá de un dueño-jugador, ya que entre PPP y mi familia se consolidó una amistad realmente entrañable. Con los nuevos propietarios también mantengo una excelente relación, y en mi casa mis tres hijos son fanáticos a muerte de La Guaira, pero dirigir en el invierno no está entre mis planes por ahora.
Víctor Lapenta, de Guayana, pregunta si el primero de septiembre, cuando los roster de jugadores en Grandes Ligas se expanden de 25 a 40, también son promovidos algunos coaches de la organización. Pues sí Víctor, también suben algunos coaches. Tal como tú dices, ellos se encargan de supervisar y estar pendiente del trabajo que realizan los recién subidos, pero en el caso de los Medias Blancas, yo trato de involucrarlos en todas las actividades del equipo, o sea, de que participen en todas las áreas y puedan opinar sobre distintas facetas del juego. En Venezuela decimos que 4 ojos ven más que dos, así que su aporte siempre es bienvenido.
William Ochoa, de Salt Lake City, dice que nota cierta falta de intensidad y agresividad en nuestros últimos juegos. Qué quieres que te diga William. Cuando uno equipo está perdiendo todo se ve horrible. Todo. Pero te garantizo que no es falta de ganas, ni que se haya perdido la motivación ni nada por el estilo. La temporada de beisbol es realmente muy larga, son 162 encuentros, que exigen unas condiciones físicas y mentales que es difícil mantener en todos los partidos. Eso, obviamente, es igual para todos los equipos, pero no todos logran manejarlo de la misma manera. Cuando un equipo genera muchas expectativas, como fue nuestro caso este año, el esfuerzo y el desgaste mental es superior. Supongo que podría haber algo de eso, pero te garantizo que aquí todo el mundo sale a batallar con la misma intensidad, sobre todo porque aún mantenemos esperanzas de producir el milagro de conquistar el título, por más difícil que parezca.
Miguel Angel Barrios, de San Francisco, quiere saber si mis declaraciones polémicas son producto de la ira, o si las hago buscando publicidad. Añade Migue Angel que a veces esas declaraciones son exageradas, tomando en cuenta que el beisbol es un deporte seguido por niños y jóvenes. Bueno Miguel Angel, en primer lugar debo decirte que por publicidad sólo digo y grabo los mensajes que me suministran mis clientes comerciales. Ninguna declaración, polémica o no, la hago para buscar atención de los medios, ni para desviar la atención de la crítica hacia mis jugadores, como también se ha dicho. Cuando exploto y hago declaraciones fuertes lo hago porque así son y he sido siempre yo. Digo lo que siento, así a veces tenga que retractarme o pedir disculpas. No sé si eso es bueno o es malo, pero es lo que he sido siempre y lo que me ha llavado a estar donde estoy actualmente. Afortunadamente, existen los «bleeps» que impiden que los niños escuchen algunas de mis frases más célebres.
Dimas Nieto, de Barquisimeto, señala que nuestra defensa ha sido muy floja este año, y pregunta si en nuestros planes no está la contratación de Omar Vizquel para el 2010. Ciertamente la defensa ha sido uno de nuestros talones de Aquiles, y estamos entre los equipos con más errores de las Grandes Ligas, aunque hemos mejorado últimamente. En cuanto a Omar, la verdad es que intentamos contratarlo para la campaña del 2005, cuando prefirió firmar con San Francisco, que le ofrecía tres años, en lugar de los dos que ofrecían los Medias Blancas. Para el 2010 ya nosotros ratificamos que nuestro campo corto será nuevamente Alexei Ramírez, quien ha mejorado notablemente a medida que ha jugado la posición. Quizás yo mismo le puse una presión extra cuando comenté, antes de empezar la temporada, que los fanáticos de Chicago iban a olvidar a Ozzie Guillén cuando vieran a Alexei en el short stop. Mala mía.
Carlos Sánchez, de Rubio en Venezuela, quiere saber si todavía tenemos chance de conquistar la división. Bueno Carlos, tal como dije al inicio de la columna, matemáticamente todavía estamos vivos, pero hay que ganar muchos juegos. Lo que sí te aseguro es que mientras haya un mínimo de esperanzas, aquí todo el mundo va a salir a batallar, nadie se va a rendir ni a sacar la bandera blanca. Esperaremos.
Y ya que levanté el teléfono para comunicarme con Dios, voy a pedirle también mucha salud y bienestar para todos aquellos que durante esta primera temporada de columnas dedicaron unos minutos de su tiempo para hacerme saber sus opiniones, inquietudes, dudas y palabras de optimismo. Hoy es la última de esta serie de la temporada 2009, y quisiera agradecer particularmente a Raúl Corro y Eduardo Menda Osorio de Caracas, Osmar Cárdenas de Maracaibo, Gerardo Rangel de South Australia, Rafael Vergara de El Tocuyo, Pedro Luis Cova Salom de Guayana y Orlando Figueroa de Carora. A ellos y a todos los que escribieron a lo largo de estos seis meses les deseo la mejor de las suertes, y sigan ligando a Medias Blancas.
Una segunda mitad al rojo vivo
Sin dudas, la segunda mitad de la temporada luce más difícil que la primera. De los 71 juegos que restan, 51 son contra equipos que tienen record de 500 o más. Aunque todos los rivales son peligrosos, hay algunos juegos que son clave. Ocho partidos contra los Medias Rojas, siete contra los Yankees, nueve contra Minnesota, nueve contra Detroit, y dos viajes a la Costa Oeste van a exigir un gran esfuerzo si queremos retener el título de la división y alzar el trofeo de Campeones Mundiales. Eso sin olvidar los cuatro juegos contra Tampa de esta semana.
Como le dije a los jugadores al comenzar esta segunda mitad: si nos mantenemos unidos y jugamos como un verdadero equipo, tenemos chance. Si no, olvídense del tango que Gardel murió.
Al comienzo de la temporada jugamos mal, realmente muy mal, pero todo eso quedó atrás. Ahora, la tarea es jugar todos con el mismo entusiasmo, con las mismas ganas, la misma concentración. De nada vale que un jugador tenga un buen año si el resto de los compañeros no puede hacer el trabajo. Por eso, cada uno debe preocuparse de hacer lo suyo, y al mismo tiempo cuidar a sus compañeros, protegerlos y enseñarlos en el caso de los veteranos y los novatos. Más de una vez he dicho que durante los 6 meses que dura la temporada, uno está más tiempo con el equipo que con la propia familia. De ahí la importancia de cuidarse unos a otros.
En fin, nuestro destino está en nuestras propias manos, sin tener que estar viendo la pizarra para chequear los otros resultados. ¡La consigna sigue siendo la misma: ganar, o morir en el intento!
Ahora sí, vamos con algunas respuestas a sus preguntas de esta semana:
Por lo visto el cubano Dayán Viciedo tiene una gran cantidad de admiradores a lo largo de Estados Unidos, especialmente en el estado de Florida. Desde que comencé a escribir esta columna nunca faltan mensajes de personas preguntando si Viciedo está ya listo para jugar en Grandes Ligas, o cuándo lo vamos a subir. Entre quienes preguntan por el «Tanque Cubano» en esta oportunidad figuran Junior Córdova, Alfredo Valle, Boris Fernández, Miguel Romero, Victor Saldivia y Eustasio Herrera. A todos debo reiterarles que Dayán debe cumplir su etapa de desarrollo, y en este momento es mejor que esté en AA jugando todos los días, aprendiendo y madurando, en vez de estar en Grandes Ligas apareciendo, quizás, de vez en cuando en el lineup. Dayán tendrá su momento, y nadie ganará si nos apresuramos en subirlo a las mayores.
También hay un cubano llamado Francisco Aguiar, de Tampa, FL, que ha escrito varias veces para opinar que soy un manager muy malo, que debería retirarme voluntariamente, que he maltratado a José Contreras, a quien por cierto considera el mejor lanzador de Chicago, que si me caen mal los cubanos, y un largo etcétera de comentarios que se le respetan, aunque no los comparto. Mi consejo: juega la lotería de Florida y cuando la ganes te compras un equipo para que lo dirijas a tu manera. En cuanto a mi trato con los cubanos, habría que preguntarles a Contreras y Alexei Ramírez su opinión al respecto.
Hay otros nativos de la isla antillana, como Gilberto Núñez y Alfredo González, que quisieran saber qué posibilidad hay de contratar al joven Aroldis Chapman, el lanzador que abandonó la selección nacional de Cuba durante una competencia en Canadá. Estoy seguro de que todos los equipos quisieran tener a Chapman en sus filas, pero como he dicho varias veces, mi trabajo no tiene nada que ver con la contratación de jugadores. De ahí que tampoco hubiera podido contratar a Francisco «El Kid» Rodríguez o a Carlos «El Toro» Zambrano, como sugiere en su email Marcos Rincón desde Guatemala, a Manny Ramírez, Albert Pujols o Pedro Martínez como recomienda Nixon Peña desde España, o a Omar Vizquel, como recomienda Pablo Navas desde la isla de Margarita en Venezuela. A Vizquel intentamos contratarlo en el 2005, cuando le ofrecimos un contrato de dos años, pero Omar prefirió firmar con San Francisco en esa oportunidad, que le garantizaban 3 años de contrato. Yo hubiera hecho lo mismo. En cualquier caso, el punto es que en esta organización cada quien tiene una responsabilidad, y la contratación de jugadores corresponde a nuestro Gerente General Kenny Williams.
Son muchos también los que preguntan, opinan y critican por qué no hay más venezolanos en la organización de los Medias Blancas, o incluso por qué no tenemos ninguno en Grandes Ligas. Rafael Urdaneta, César Pirona, Martín Quero, Luis Rojas, Enrique Montbrun, Hernán Galindo, Gilberto Mendez, Blas Russo, Alí Ramos, Levis Rodríguez, Guillermo Toro están en este grupo. Posiblemente no han leído las columnas anteriores, en las que he explicado que en los últimos años reforzamos el plan de firmas en Venezuela, y en estos momentos hay más de una docena de jovencitos formándose en las distintas categorías de la organización. Personalmente me encantaría estar rodeado de talento venezolano en el equipo, pero estoy seguro que el que llegue lo hará por mérito propio, y no por gozar de una recomendación del manager.
Sergio Sequera de Maracaibo pregunta qué prospecto enviaría a Venezuela para desarrollar su talento. Ese tampoco es mi trabajo Sergio, pero puedo decirte que en el 2006, cuando los mejores prospectos de la organización fueron a reforzar a los Tiburones de La Guira, viajaron para ayudar al equipo a ganar, no para desarrollarse. Yo dí el visto bueno y recomendé a Tiburones como una organización seria, que velaría por la seguridad y el trabajo de los peloteros, pero no fui quien escogió a los jugadores, ni al manager, ni a los técnicos. Lamentablemente los muchachos no pudieron hacer el trabajo, pero de los nueve que vistieron el uniforme de Tiburones, 8 llegaron a Grandes Ligas en los siguientes dos años.
Hablando de Tiburones, Norwis Gómez, de Santa Teresa del Tuy, y Alejandro Herrera del 23 de Enero en Caracas, preguntan si me gustaría dirigir a ese equipo en el cual jugé toda mi carrera en Venezuela. Por supuesto que sí Norwis, pero por ahora es sencillamente imposible. Después de ocho meses dirigiendo en Estados Unidos, noviembre, diciembre y enero son meses que le pertenecen a mi familia.
Norwis, al igual que Miguel Angel Arenas, preguntan qué le hace falta a Tiburones para quedar campeones en Venezuela. Aunque esta es una columna dedicada básicamente a los Medias Blancas, puedo decirles, brevemente, que en la temporada les faltó un poquito de suerte. Pero me consta que la gerencia del equipo está trabajando duro para darle esa alegría a sus fanáticos muy pronto.
Egardo Díaz de Guarenas, Venezuela, pregunta si estaría dispuesto a dirigir el equipo de Venezuela en el Clásico Mundial si Major League cambiara las reglas actuales que lo impiden. Representar al país siempre será un honor, Edgardo, pero al llegar el momento habría que tomar en cuenta muchas cosas antes de tomar una decisión.
Ruben Lovera, de Santo Domingo en República Dominicana pregunta si los Medias Blancas estarán en la lucha por el título de la división y el pase a la post-temporada. Rubén, si jugamos como lo estamos haciendo en estos momentos, podemos dar una agradable sorpresa a nuestros fanáticos. Anótalo.
Manuel Morales, de Chicago, pregunta si todavía le queda algo al brazo de Bartolo Colón para lanzar en Grandes Ligas. Muy pronto lo sabremos Manuel, ya que Bartolo está e AAA cumpliendo su etapa de rehabilitación, y ojalá pueda ayudarnos en esta difícil segunda mitad de la temporada.
También esta cerca de regresar el jardinero Carlos Quentin, por quien pregunta Ebel Navarro, de Maracaibo, Venezuela. Aunque en el meeting que tuve con los peloteros antes de comenzar la segunda parte de la temporada fui muy claro al recordarles que el éxito será posible sólo con el esfuerzo de los 25 jugadores que integran el roster, sin depender de un jugador en particular, no hay dudas que Quentin podría ayudar mucho a nuestra ofensiva. Son 25 los que tendrán que luchar diariamente
en los próximos juegos, pero con Carlos nuestra alineación será más fuerte.
José Gaztambide, de Oswego, Illinois, pregunta por qué no le damos más chance de jugar a Jason Nix y enviamos a Chris Getz a las menores. Probablemente José envió su mensaje antes de que Getz comenzara a ser más productivo con el bate. En estos momentos, con el equipo jugando a un ritmo ganador, la contribución de Getzy ha sido importante, así que mejor no arreglar lo que no se ha descompuesto.
David Falcón, de Chivacoa, en Yaracuy, pide buscar un center field para esta segunda mitad. Creo, David, que si Quentin regresa en la fecha que esperamos, no habrá necesidad de buscar un jardinero central, ya que lo más seguro es que para esa posición vaya Scott Podsednik. Esperaremos a ver qué pasa.
Franklin Piña, de Venezuela, pregunta por qué le tengo «roña» (odio) al Wrigley Field, si es un estadio histórico, testigo de grandes momentos del beisbol. Es verdad Franklin que en ese parque se vivieron momentos importantes y se realizaron grandes hazañas, pero es muy viejo, y por lo tanto incómodo. Si tú, como fanático, vienes un día al Wrigley Field, seguramente quedarás maravillado, y habrás cumplido un sueño. Pero si te tocara jugar 81 juegos en ese estadio, seguro te volverías loco. Al viejo Wrigley le faltan muchas comodidades que tienen los parques modernos, no sólo para los fanáticos, sino especialmente para quienes vamos a trabajar allí. Hay castillos que son muy bellos y muy históricos, pero no tienen ni luz, ni agua. ¿Te gustaría vivir en uno de ellos?
Eliver Oliveros, de Caracas, quiere saber mi opinión sobre las posibilidades de Omar Vizquel y Andrés Galarraga de ser electos al Salón de la Fama. Creo, Eliver, que las oportunidades de Omar son mayores porque realmente ha tenido una carrera extraordinaria. En el caso de Andrés, sin dudas tuvo también una trayectoria brillante, aunque hay peloteros con mejores números ofensivos que aún están esperando su oportunidad. Sin embargo, son los periodistas los que eligen, y es la opinión de ellos la que cuenta. Para mí, los dos son grandes amigos y excelentes personas.
Antonio Martínez Guillén, Oscar Borges y Luis González tienen preguntas parecidas, que tienen que ver con qué le faltó a Medias Blancas en la primera mitad para apoderarse del primer lugar de la División, y en consecuencia qué estamos buscando para la segunda mitad. A los tres les respondo que más que un jugador, lo que faltó fue consistencia. A veces jugamos muy bien, y otras veces muy mal, y así es imposible consolidar una posición en la tabla. Para la segunda mitad necesitamos eso: consistencia, mantener el nivel de juego que tenemos ahora. Si Kenny nos consigue, como siempre, un jugador que pueda ayudar, mejor que mejor. Mientras tanto, con los 25 hombres que tenemos, jugando buena pelota, podemos dar la sorpresa.
César Rojas de Barquisimeto pregunta si hago algún tipo de dieta especial mientras dura la temporada. No, la verdad sólo procuro comer poco carbohidrato en la noche, pero básicamente como de todo, especialmente la comida casera que prepara mi esposa en estos meses que se encuentra en Chicago.
Enrique Galindo, de México, pide consejos sobre ejercicios porque se dispone a reaparecer jugando softbol. Enrique, los ejercicios básicos para mantenerse en forma. Lo importante, creo yo, es un buen estiramiento antes de comenzar tu rutina de correr y calentar el brazo. Esa es la clave para evitar lesiones: estirar bien.
Una vez más debo pedir disculpas por no poder responder todas las preguntas que llegaron, que esta vez fueron más que nunca. íCómo se ve que estamos ganando! Sin embargo, quisiera agradecer nuevamente los comentarios positivos y los saludos de José Manuel Pérez, de La Boyera en Caracas, Santiago Quintero de Maracay, José Luis Guerrero de México, María Bermúdez de El Tigre, Ali Rafael Valbuena y familia desde Santa Rita, Luis Aguiar de Miami, Oscar Enrique Castellanos de Maracaibo, José Goncalvez de Valencia, Guido Pérez de Mérida, Alejandro Barrera de México, Francisco Hernández de Cúa, Luis Ruis y su hijo Diego Andrés desde Barquisimeto, Gustavo Franco de Los Teques, Juan Manuel Ruiz de Tucupido, Carmen Nuñez, Federico Torcat y Freddy Ríos, también de Venezuela, y muchos otros que escribieron para desearnos suerte. A todos gracias, ¡y a seguir ligando a Medias Blancas!